Está bien,
prometeme no prometer,
no llamarme por cualidad,
defecto o afecto alguno.
Dejame ser lo que soy,
no guatemalteco,
no estudiante,
no lector, escritor
mucho menos poeta.
Sin edad:
ni fecha ni cronología.
Loco,
normal o demasiado...
necio, influyente.
Humano:
amigo o enemigo.
Quitame las capas
que sirven para juzgar,
la capa del desánimo,
de la alegría,
la insensatez
o la alegoría.
Sin nombres,
sin parentesco,
sin sombras
ni apellidos.
Nada,
absolutamente nada.
cononoceme en mis adentros,
perpetuemos el infinito empezar
para llegar a la esencia
tan desconocida tanto para vos
como para mí.
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